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miércoles, 3 de agosto de 2016

Salvaje persona, impresiones de una voluntaria tras la vuelta de la Caravana de Educación 2016

Actividades de animación con paracaídas
El pasado 16 de julio, nueve voluntarios procedentes de España y dos de Marruecos se unieron a los cuatro miembros de aG en Ifoulou para dar comienzo a la 2ª Caravana de Educación 2016. Llegaron llenos de emoción y con los sentimientos a flor de piel para cumplir con los objetivos que junto con el Área de Educación se habían marcado después de un par de meses de trabajo previo: talleres de educación para la salud y medioambientales, diferentes actividades de animación, cine-forum infantil y juvenil, talleres de creatividad, intercambio cultural con jóvenes y, este año, como algo especial, un vivac con los más jóvenes.

Además, en esta caravana, también se ha trabajado con el colectivo de mujeres y se organizaron sesiones formativas sobre cooperativas y como continuación con el trabajo iniciado el año anterior, talleres de ganchillo y cosmética natural.


Sesiones de formación de maestras
Por otra parte, y como novedad especial, se llevó a cabo una formación para las maestras que Acción Geoda tiene contratadas para educación infantil y alfabetización en el valle. El próximo curso comenzará con 3 nuevas maestras como consecuencia de la ampliación del proyecto de educación a dos nuevas aldeas: Agüenso Nwareg y Toufrine. Con ellas serán un total de 5 las profesoras que trabajarán siguiendo las directrices de aG.

Ya de vuelta, podemos decir que los objetivos y las expectativas parece que se han cumplido ampliamente y que todos han están en la fase de nostalgia y de revivir los recuerdos y las emociones de la experiencia vivida y la huella dejada.


lunes, 11 de julio de 2016

Pasión por las aulas, pasión por el valle...


 Parece mentira… pero si, ya hace más de tres meses que dejamos nuestro querido Valle. Un campo de cooperación muy especial, por la singularidad de cada uno de los participantes y porque para algunas de nosotras era el primero como miembros de Acción Geoda… 

Ya queda muy poco para volver, pues nos encontramos ahora dando las últimas pinceladas de la organización de la 
II Caravana de Educación que se realizará a mediados de julio, además, el curso ha terminado también en el Valle, y parece inevitable revisar mentalmente este año… la anterior caravana de educación, la elaboración de nuestro proyecto, las reuniones, los eventos, el ver cómo crece el proyecto de educación que con tantísima ilusión elaboramos… 
Son muchos los momentos que se aglutinan en nuestra memoria y la mayoría de ellos hacen inevitable que las lágrimas de emoción se apoderen de nosotras y nosotros (incluido Abdú, claro)… Pero si tenemos que elegir un momento de los vividos hasta ahora, ese seria del campo de cooperación, el momento en el que vimos materializado uno de los objetivos que preveíamos más complicados: La creación de una biblioteca y una ludoteca para los bebes, niños y jóvenes en las aldeas de Ifoulou y Azarzem… un espacio de ilusión que fue posible gracias a las aportaciones de los participantes en el campo y a la caravana BMW Motos que llegó como obra de magia desde Granada, en la noche de peor climatología que recordamos…

La emoción vuelve a nosotras ahora, al recordar esos momentos y al saber, que en pocos días volveremos a ver este espacio de juego y lectura… donde niños y jóvenes nos contarán la experiencia de estos meses. Gracias por colaborar y creer en nosotras…

                                                                           Equipo de Educación de A.G.



domingo, 30 de agosto de 2015


El fin de las sonrisas melladas. Un sueño cumplido, por Silvia Fernández y Pablo Repiso


Silvia Fernández, dentista y voluntaria de aG y Pablo Repiso, también dentista, nos han remitido estas breves líneas escritas con el corazón a propósito de la campaña para la adquisición del Equipo Dental Móvil. Los dos han participado en varias de las caravanas médicas que Acción Geoda organiza periódicamente en el Valle de Tessaout. 


Caravana médica de abril de 2015 en la que participaron Pablo y Silvia (3º y 6ª por la izda.) .
"Hace poco más de un año, en mi primer viaje a Ifoulou, pedí un deseo: que todos esos niños que venían con un dolor de muelas y salían con una sonrisa mellada, algún día pudieran sonreír sin ella... Que se les pudiera ofrecer el mismo tratamiento que recibiría cualquier niño en España: realizar empastes en aquellos dientes que, en Ifoulou, debido a la falta de medios, son exodonciados (*) con caries leve.



Un año y medio después, recibo la noticia de que existe la posibilidad de llevar en la caravana médica de septiembre un equipo dental móvil que nos permita realizar obturaciones, irrigar, aspirar, hacer limpiezas… Creo que a nadie en el mundo le gustará tanto el sonido de una turbina (odiado/temido por todos nosotros) como a la gente del valle. Y escuchar ese sonido me recordará que los deseos se cumplen, que si todos ponemos de nuestra parte no hay imposibles, ni sonrisas melladas, que sí, que en ese rincón perdido del mundo también hay una niña que le enseña su “diente nuevo” a todos sus amigos… Y todo por un “Inchalah” que veía tan imposible…
Para nosotros, los dentistas que colaboramos con Acción Geoda, y, para todos sus integrantes, por supuesto, es muy importante poder dar este paso. 

El estado de salud bucodental de nuestros amigos del valle es muy deficiente: caries inmensas con las consiguientes infecciones, problemas periodontales, bocas sin dientes y sin la posibilidad de reponerlos. Ésto es, bocas que no mastican y estómagos que mastican a la fuerza…y un largo etcétera...). Creemos fielmente que su salud bucodental (además del evidente problema que un dolor de muelas supone) repercute seriamente en su estado de salud general, y, en definitiva, en su calidad de vida. Sus bocas nos dicen muchas cosas, nos hablan. Por lo tanto, nuestra ilusión es saber que, en su boca también podemos contribuir a cambiar muchas cosas: la boca es un pilar muy importante en nuestra salud y la salud es un pilar muy importante para el desarrollo.

Nos gustaría poder contribuir a mejorar su vida, y para ello en este momento necesitamos vuestra ayuda."

Colabora con nosotros. Entra aquí y haz tu donación. Las sonrisas del Valle de Tessaout te lo agradecerán.

La próxima Caravana médica parte para Ifoulou el sábado 5 de septiembre



(*) Exodoncia es aquella parte de la cirugía oral que se ocupa de practicar la extracción de un diente o porción del mismo, mediante unas técnicas e instrumental adecuado, del lecho óseo que lo alberga.

jueves, 10 de julio de 2014

Una enfermera en el valle Tessaout

Es evidente que las experiencias que no se planean, las que los miedos no ponen límites a nuestras capacidades, las que nos hacen abandonar las cosas mundanas, son las que de alguna forma consiguen transformar algo de nosotros, de nuestra existencia, de nuestra vida.


Una enfermera novata en Ifoulou, en un mundo desconocido ante una labor nunca realizada donde la prioridad antes de partir era intentar ser útil a la Fundación, a Juana y sobretodo, a sus gentes.


Días intensos sin tregua a las emociones, a la sensibilidad, donde la empatía era nuestra mejor herramienta y a partir de aquí todo fluía, cada consulta, cada paciente, cada historia, de esas que no dejan impasible a uno, situaciones dramáticas ocasionadas por el bocio, niños carentes de comodidades y cuidados realizando duros trabajos físicos, en riesgo continuo ante los accidentes domésticos: como quemaduras provocadas por el fuego, caídas, sellados con la marca en su cuello de sus progenitores, mujeres pudorosas de baja autoestima que con la maestría de Juana y de nuestra increíble traductora Hafida, eran llevadas entre risas a expresar confidencias, haciéndonos sabedoras de las necesidades más inmediatas para su bienestar, mujeres fuertes, aparentemente sanas, a la espera de que la marca por excelencia “el  bocio” hiciera mella en su salud, viviendo bajo el conformismo de la supeditación que desde la infancia llevan perennes, no por ello las hace menos interesantes y menos válidas, todo lo contrario, ellas son las únicas capaces de conseguir que las cosas se transformen porque ellas son las cuidadoras principales y en ellas recae el peso de la concienciación, recibían consejos de prevención de salud, la importancia de ingesta adecuada de líquidos, de sal yodada, asentían con un chasquido que de ninguna manera pensaba yo que era un “sí” en nuestro idioma, más bien consideraba un efecto secundario del hipertiroidismo!!!, Juana se partía cuando se lo contaba, furqui, furqui!!. Esos hombres bañados por el polvo blanco de la nueva carretera provocando hemorragias nasales, problemas respiratorios y articulares. Por desgracia no puedo mencionar a los ancianos porque casi no hay, excepto el solitario, el que consiguió implicar a todo el grupo sanitario con la intención de mejorar su mugre vivienda, gracias a todas/os por vuestra ayuda y compañía en mis salidas a realizarle la cura, conseguimos curarle los ojos y que sintiera calor humano.





¿Qué sanidad se puede practicar sin medios técnicos, sin abanico de fármacos de estos de alta gama que tenemos en nuestro mundo, sin aparatos que confirmen un diagnóstico? ¿Qué enfoque terapéutico es el apropiado? Todo un misterio resuelto en mis días en el campo de trabajo y con el paso del tiempo. Realmente no hace falta enfoque, tan sólo una atención continuada sencilla como cualquier consulta nuestra, con técnicas de reforzamiento de aprendizaje, talleres, etc., porque a pesar de ser un pueblo que bastante tiene con sobrevivir en un terreno hostil, sus limpias miradas, sus sonrisas, su humildad  expresan la mejor salud que se puede tener, la armonía!!. 
Penita de dejarlos y tener que marchar, con la esperanza de que algún día pueda volver y colaborar con la Fundación y su gran obra, un importante logro conseguido que tengan agua en sus casas, enhorabuena por todo lo que hacéis.
Agradecer a cada uno de los componentes del grupo por estos días imborrables en mi mente y corazón, un gran equipo humano que de forma altruista dedica su tiempo en que un rinconcito del mundo amanezca un rayo de luz y esperanza.   

Gracias por todo. Gracias Ifoulou por enriquecerme.  

Mª José (enfermera).
María José (a la izquierda) con al equipo sanitario y Jamal,
amigo de aG y traductor, durante el pasado Campo de Trabajo.

jueves, 3 de julio de 2014

El agua caliente cada vez más cerca de las casas de Ifoulou

Una nación no debe juzgarse por cómo trata a sus ciudadanos con mejor posición, sino por cómo trata a los que tienen poco o nada. Nelson Mandela

Los que vivimos aquí, en esta parte que llaman Primer Mundo, con tan solo girar la palanca del grifo hacia la derecha o la izquierda obtenemos agua potable a la temperatura deseada. La experiencia que compartí la pasada Semana Santa en el campo de trabajo que desarrolló aG en el Valle del Tessaout, en el seno de un espectacular escenario, el alto Atlas marroquí, me brindó la oportunidad de conocer de primera a mano el día a día de los habitantes de la zona, y pude tomar conciencia de cómo este sencillo gesto suponía allí un arduo trabajo. Lo que para nosotros es un cómodo ejercicio de apenas unos segundos, para las mujeres del valle se traducía en una tarea mucho más complicada y severa.  
Para conseguir agua las mujeres tenían que subir desde el río hasta sus casas con grandes y pesados bidones de plástico a sus espaldas. Curvaban sus cuerpos formando un ángulo de prácticamente 90º y los sostenían tirando con una sola mano de una cuerda atada al envase. La velocidad con la que “trepaban” el valle, de barro, de piedra, totalmente irregular, con calzados muy deteriorados que dejaban sus pies al descubierto, era impactante. Para conseguir calentar esa agua habían de cargar, del mismo modo, troncos de leña con los que hacer fuego. En este caso no bajaban al río, sino que ascendían, de una forma aún más temeraria, por altos riscos de donde obtenían la leña. Me gustaría mostrar una imagen. No lo hago por respeto a las mujeres del valle. Ellas piden que no se las fotografíe, siguiendo la instrucción de sus maridos desde el momento en que se prometen. 
Fer, conocedor de este escenario, tiene una idea: elaborar un panel térmico-solar con el que calentar agua y colocarlo en el tejado de la casa de su gran amigo Abdullah. Abdullah es el promotor de salud de la aldea de Ifoulou y sabe que, si este piloto da buen resultado, él se encargará de explicárselo a los hombres del pueblo para que todas las casas puedan calentar agua.
Con este plan en mente, unas semanas antes del campo de trabajo, diseñamos la placa térmico-solar: buscamos vídeos y documentos en internet en los que se muestran experiencias similares; analizamos qué materiales pueden ser más eficaces, siempre teniendo en cuenta que han de ser asequibles y accesibles para la gente del valle; hacemos una cuantas cuentas y buscamos un termómetro con el que tomar medidas. 

Una vez en Demnate, compramos el material necesario y lo transportamos hasta el valle, y con ayuda de nuestras compañeras del campo de trabajo, a la casa de Abdullah, en Ifoulou.






Allí nos reciben su mujer, Fatma, y su hija mayor, Fahima, muy hospitalarias, como la gente del valle acostumbra a ser con sus visitas. Nos invitan a que nos sentemos en una salita en la que nos preparan té y nos ofrecen pastas.


Fahima, que nunca pierde la sonrisa, se muestra expectante. A juzgar por su cara de sorpresa, estoy segura de que se pregunta qué hemos ido a hacer a su casa. Con ayuda de nuestro amigo e intérprete Hafid, se lo explicamos. Vamos a intentar que su casa tenga agua caliente. De pronto, un brillo que habla por sí solo inunda sus ojos. Ella lo acompaña de una exclamación: “¿¿De verdad??”. Y yo siento un vuelquecito por dentro con el que termino de comprender el sentido de nuestra visita al valle. 


Más tarde nos acompañan, a través de una escalera muy angosta por la que a mí me cuesta subir pero por la que ellas suben con total destreza cargando leña a sus espaldas, al tejado de la primera planta. Allí comenzamos a trabajar en el panel térmico-solar. La vista es increíble. A nuestros pies tenemos el río Tessaout, y debemos tener cuidado de no poner un pie fuera del tejado y caer al vacío.

En primer lugar, medimos y cortamos las tablas de madera para formar la base y los laterales del panel, que unimos mediante clavos. Fahima y su hermano menor, Nordin, observan lo que hacemos. Fieles aprendices, nos ayudan por iniciativa propia. 








A continuación, con ayuda de Rosa, aplicamos cola en las uniones de las tablas, para evitar que el calor se escape,  
y pintamos toda la superficie de color negro, con objeto de facilitar la absorción de la energía. Una vez seca la pintura, grapamos un plástico en la base del panel para retener el calor en su interior lo máximo posible. Seguidamente, Lucía nos ayuda a colocar un tubo de PVC en forma de espiral dentro de la estructura, para lo cual hacemos orificios sobre la madera con un taladro e introducimos trozos de alambre que hacen de sujeción.

Por último, grapamos un plástico en forma de tapa en los laterales del panel, para provocar el efecto invernadero. Hubiera sido más eficaz colocar un cristal, pero este recurso es más costoso.  

Tras varios días en que compaginamos el trabajo en el panel con otras actividades, éste ya está terminado. Con ayuda de Jorge lo subimos al tejado de la segunda planta, donde introducimos agua en el tubo con una tetera.


Después de varias horas al sol, medimos la temperatura que éste alcanza. El resultado es positivo. Pero es necesario que llegue el agua a casa de Abdullah para poder comprobar que el líquido fluye a través del panel. Éste necesita conectarse a una fuente con cierta presión para que funcione 








A lo largo del campo, aG trabaja junto con los hombres del pueblo para que el agua del pozo de Ifoulou sea bombeada hasta el depósito situado en altura, y de allí a todo la aldea, apoyándose en un generador eléctrico que llevamos al valle desde Madrid. Este logro, que describo rápidamente, marcará un antes y un después en la aldea, ya que tras nuestra marcha, empezarán a introducir el agua en las casas, con el inminente beneficio en la salud de las mujeres de Ifoulou y mejora de la calidad de vida de todos sus habitantes. Las mujeres ya no tendrán que subir del río cargadas con agua a sus espaldas y todos los habitantes dispondrán de agua corriente en casa para su higiene.


El día en que finaliza el campo de trabajo y hemos de dejar Ifoulou, el agua todavía no ha llegado a las casas del pueblo. Así que, con ayuda de Abdu, miembro de aG que colabora desde Marruecos, explicamos a Abdullah lo que debe hacer para conectar el panel al grifo, cuando ya dispongan de agua en casa. En aquel momento, todos pensamos: “Ójala esto suceda pronto”…. hoy día, esto ya es una realidad, sucedió dos semanas después de nuestra vuelta a Madrid. 
La semana pasada Abdu llamó por teléfono a Abdullah y le preguntó  si el panel térmico estaba dando resultado. Éste contesto que el agua se calienta lo suficiente como para poder preparar té y darse una ducha. ¿¿De verdad?? 

Por un lado, no pude evitar emocionarme al conocer esto. Por otro, sabemos que las personas del valle son agradecidas, tanto como para darnos una noticia que mantenga nuestra ilusión viva. Hasta que alguno de nosotros pueda viajar al valle para comprobarlo, me ilusiono pensando que Fahima y sus hermanos ya pueden ducharse con agua caliente, y que ella ya no tiene que cargar leña a sus espaldas.  Si no es así, “Ójala esto suceda pronto”…

Sonia Pérez-Vázquez
Voluntaria de aG durante el campo de trabajo 2014 en el Valle  del Tessaout.



Nota: A día de hoy, el agua corriente llega ya a todas las casas de Ifoulou.
Nota: Esta semana o la próxima, un miembro de aG visitará el valle, y comprobará personalmente el funcionamiento de este experimiento solar de Agua Caliente.

jueves, 22 de mayo de 2014

Un odontólogo en el Tessaout... aún queda mucho camino por recorrer.


 Nunca olvidaré esta semana que pasamos en el Valle. 

Quizás tuvo esa magia que otorgan las primeras veces, o quizás la magia sea perpetua en este lugar tan remoto.


En el rol que desarrollé como odontólogo, fueron cinco días de intenso trabajo. La alimentación en el valle se basa fundamentalmente en carbohidratos, por lo que el porcentaje de población con caries es alarmante.El tratamiento de todas las piezas era el mismo: exodoncia. Y era éste porque no teníamos los recursos necesarios para “empastar” aquellos dientes que tenían una solución mucho menos drástica.

Resulta imposible olvidar las miradas de agradecimiento que rompían la barrera del lenguaje entre aquellos pacientes y yo; a los traductores, capaces de traducir no sólo palabras, sino también la calma y tranquilidad tan necesaria en esos momentos, y a todos los que pusieron toda la voluntad y el empeño necesario para ayudar al equipo de odontólogos en situaciones en las que nos vimos desbordados (Yola, Mikel, Arantza, Gracias de nuevo!).

Y ahora que hay electricidad en el valle, las restauraciones dejan de ser un imposible, por eso es necesaria la colaboración de todos, para que a esos niños del valle jamás les falte una sonrisa.

Antes de despedirme, quisiera agradecer a todos y cada uno de los integrantes de la fundación aG por el trato recibido desde el primer día, y darles mi enhorabuena por todo lo que han hecho hasta ahora. De verdad, me quito el sombrero con vosotros.

Y es que a pesar de que todo lo que hemos andado, aún queda mucho camino por recorrer, y desde aquí puedo aseguraros que nunca os faltarán mis pies.

Abrazos,

Pablo Repiso.

Artículo escrito por Pablo Repiso, odontólogo voluntario que ha trabajado con aG durante el Campo de Trabajo de Semana Santa 2014 en el Valle del Tessaout, Azilal, Marruecos.

jueves, 8 de mayo de 2014

Salud y vida en las aulas del Valle



Redouan, Fatima, Nora, Abdelhakim y todos sus compañeros del aula infantil de Ifoulou ya pueden lavar sus manos, su cara y los dientes todos los días en la Casa Comunal que aG inauguró en el 2010. Casi como un milagro el agua salía en los lavabos, por fin, después de varios años peleando por ello, y todos nos emocionamos. El agua ya es una realidad y todos, grandes y pequeños, mejorarán las condiciones de vida, mejorará su higiene y su salud. Ya no tendrán que cargar con grandes garrafas de agua a sus espaldas desde el río ladera arriba hasta sus casas. Y además, las niñas dispondrán de más tiempo para estudiar.

El equipo de voluntarios y  traductores siendo observados
Desde aquí, Pilar, Charo, Marta, profesoras de La Cabrera en Madrid, y yo llevábamos un par de meses preparando nuestro viaje de Semana Santa al valle. Todas teníamos muchas ideas e ilusiones, además, para ellas era la primera vez que viajaban con aG y, como no podía ser de otra manera, se han enamorado de los niños y de las gentes de valle de Tessaout. El trabajo de este año iba a estar centrado en que los niños fueran los verdaderos protagonistas del aula, que la hicieran suya. Cada uno de ellos tuviera su lugar único y que todos se sintieran orgullosos de asistir todos los días a clase.

Junto a las nuestras maestras del valle, Khadiya y Rekeya
Por suerte, nos encontrarnos con unas maravillosas y encantadores maestras, Khadija y Rekeya que dan clases de infantil en Ifoulou y en Azarzam y que estuvieron siempre a nuestro lado demostrando el cariño hacia sus alumnos y el interés e inquietud por aprender cosas nuevas. Son auténticas heroínas: se pasan todo el duro invierno solas dando clase en las condiciones mas adversas que uno pueda imaginar y luchando contra cualquier circunstancia. 


Es una suerte, para todos nosotros, voluntarios y miembros de aG poder cortar con la rutina diaria y encontrar un poco de sentido a muchas de nuestras cosas: llegas al valle y te encuentras con la alegría de todos los niños dispuestos a jugar contigo. Se lavaron en el río. Nuestros voluntarios Susana, Kenza, Rosa y el resto jugaron al fútbol, a la comba, hicimos plastilina casera con harina y sal, murales con pinturas de dedos y ceras, … Y, entre juego y juego, dejamos preparada el aula: ahora tienen una pizarra para que ellos puedan expresarse libremente; cada niño se hizo un saquito donde guardar su vaso y su correspondiente cepillo de dientes. Finalmente, montamos otro espacio para que cada niño marcara todos los días sus asistencia al aula, algo un poco complicado de conseguir allí.



Voluntarios trabajando en Azarzam
Todo ha salido muy fluido gracias a la buena disposición de nuestros voluntarios: acudimos a Azarzam y mientras Sandra, Inma y yo preparábamos las actividades, Yolanda e Isabel jugaban al aire libre con ellos. En la modesta aula de Azarzam dejamos un mural con pollitos pintado por todos los niños. Y por la tarde con todos los problemas tecnológicos en contra, por fin, pudieron ver “Spirit” de nuevo desde una minúscula Tablet. Fue impresionante ver a casi 40 niños en un aula de 2x4 m mirando una pantallita de 6’ y sin moverse durante toda la película.



Khadija jugando con sus alumnos de Ifoulou

Ha sido una semana mágica: los traductores se han compenetrado y comprometido con nuestro proyecto y los voluntarios han vivido de cerca todo lo que con pasión todos les contábamos de nuestro querido valle. Y todos han vuelto también enamorados de él. Desde aquí quiero dar las gracias a todos por poner este pequeño grano de arena para mejorar la calidad de vida de estos niños y de las gentes del Valle de Tessaout.