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miércoles, 27 de septiembre de 2017

Impresiones de Conchi, una mujer con ceguera, en nuestro Viaje Solidario

Conchi Pontón nos acompañó en nuestro último Viaje Solidario en el valle 
y fue toda una lección de superación tanto para los que le acompañamos
 como para  las gentes de las aldeas del valle. 
Tiene una discapacidad visual completa pero eso no supuso
 ningún impedimento para disfrutar intensamente de todo.
Fue un modelo de inclusión social en todos los sentidos.





Conchi Pontón
Hace unos meses, un amigo me habló de la labor que realiza la Fundación Acción Geoda en Marruecos: de sus proyectos, de los Viajes de Turismo Solidario y de la experiencia que tuvo colaborando en la Caravana de Educación que se desplaza al valle todos los años. Me animó a conocerles y unirme a ellos. Reconozco que la idea me tentó y mucho, pero…. Sinceramente le daba vueltas y no se me ocurría que podría aportar yo allí y finalmente la idea pasó al subconsciente.
Por avatares de la vida y porque cada vez más creo que las cosas pasan por algo, mis planes de verano cambiaron y a pesar de todas las barreras que yo veía, el miedo a lo desconocido, al rechazo, a la falta de accesibilidad, la incomunicación que supondría interactuar con personas con las que mucha de la comunicación es gestual dada la diferencia de idioma, y casi sin pensarlo, me decidí a emprender viaje yo sola, porque lo necesitaba, sin saber muy bien si realmente aportaría algo a esas gentes o me lo aportarían ellos a mi.
Es difícil resumir en pocas líneas todas las sensaciones y emociones vividas durante esos 8 días allí a todos los niveles.
Lo primero que pensé, fue en una frase que me dijo mi amigo: “Son como una familia”. Ya en el mismo aeropuerto de Madrid, donde conocí a 4 de las 6 chicas que íbamos al viaje, hubo un buen feeling que se confirmó con la buena acogida en el aeropuerto de Marrakech de Marta y Feli por parte de la Fundación y mis miedos casi desaparecieron por completo.
Experimentando sensaciones en un día de trekking
Encontré tanto en Marta y Feli de aG, como en Almudena, Idoya, Ana, Paloma y Ángeles unas inmejorables compañeras de viaje: comprometidas, solidarias, desinteresadas, abiertas, dispuestas... Se me quedan cortos los adjetivos. Me sorprendió el hecho de que a pesar de no haber tenido trato alguno con personas con discapacidad, lo afrontaban todo con total naturalidad, sentido común y espontaneidad. Tan pronto estábamos bromeando en los primeros momentos cuando todavía no identificaba bien sus voces y las confundía, como con su justo apoyo y paciencia me hacían muy fácil acomodarme a los nuevos entornos y espacios que visitábamos.
Y que decir del Valle y sus gentes. Sencillamente que es un lugar que te atrapa nada más llegar y por supuesto que en él recibes mucho más de lo que das.
El cambio de entorno se va notando según te adentras y asciendes por las montañas y, en los caminos y carreteras, se cierran las curvas y se encrespan los terrenos haciendo más difícil transitar por ellos. El primer momento de emoción fue la entrada en el valle con el sonido de fondo de la canción África de Ismaël Lo.
Nos alojamos en la aldea de Ifoulou, en el albergue de Hanini, que nos estaba ya esperando con dos de sus hijos, Younnes y Omar. Abrazos, risas y apretones sin parar desde nuestra llegada. Una casa humilde, pero límpia y cómoda y con todas las facilidades al alcance para sentirnos cómodas y bienvenidas. Además del fabuloso enclave de la casa junto a un río, que te hacía sentir en paz y calma contigo misma, en mi recuerdo siempre estará su hospitalidad, su afecto y el maravilloso olor de esos riquísimos tajines y panes que nos preparaban a diario. De nuevo, me sorprendía como a pesar del desconocimiento y las limitaciones de comunicación, triunfó la naturalidad y las ganas de aprender e interactuar y todos me ayudaban a manejarme por la casa encantados. Incluso Omar, se unía a diario a nuestras excursiones y visitas y se batallaba el puesto de guía para mi!
Subidos en el techo de nuestra furgoneta
La gente del valle es alegre, afectuosa, amable y, sobre todo, muy hospitalaria. Sorprende ver que no tienen nada y te lo dan todo, las muestras continuas de gratitud que dan con cualquier mínimo detalle. Siempre dispuestos a abrirte sus casas tan humildes, sin luz, agua u otras comodidades. Tuvimos la oportunidad, por ejemplo, de compartir con algunas mujeres la experiencia de hacer pan en sus propias casas. Nos encantó porque normalmente la interacción suele ser con los hombres y los niños mientras que las mujeres suelen estar en sus casas. Fátima nos abrió su casa, nos enseñó la forma en que hacen el pan sin perder la sonrisa ni un momento a pesar del dolor de cabeza que parecía tener. Cuando estábamos degustando un té se percató de que no veía y, lejos de provocarle rechazo o cualquier otro sentimiento negativo, de forma totalmente natural empezó a dejarme tocar todo. Fue un momento muy bonito, en el que incluso sacó sus enseres de maquillaje y nos mostró cómo se pintan los ojos.
También tuvimos otro momento especial cuando se acercaron a la casa de Hanini a hacernos los famosos tatuajes de Henna. Nafisa, una chica de unos 15 ó 16 años, fue la encargada de tatuarme todas las manos con dibujos florales. Con ayuda de Hafid, el intérprete, nos contaban lo que hacían, incluso la otra chica que tatuaba nos contó su alegría porque se casaba en dos semanas y se marchaba a vivir a otra zona con la familia de su futuro marido al que no conocía. Lo bueno de este tipo de tatuajes es que al endurecerse la henna se palpa perfectamente el relieve del dibujo.
Conchi con nuestro amigo Hafid
Tampoco tengo palabras para Hafid, nuestro intérprete, que nos acompañó los días del valle. Fue mucho más que eso: volcado en enseñarnos todo, contarnos cosas de la cultura bereber, ayudarnos, amenizarnos las noches con su música y pendiente de todos los detalles y situaciones. Hafid dió clara muestra de que las barreras y prejuicios están en uno mismo, poniendo frente al desconocimiento de aspectos de guiado en montaña para ciegos con buena voluntad y ganas de aprender y vivir experiencias nuevas. Hizo de guía improvisado y me permitió disfrutar plenamente y con total seguridad y confianza de una ruta por las montañas del valle. Además de las descripciones detalladas que entre todos me iban haciendo de los paisajes, las montañas se sienten por si solas. A mi me encanta sentir el aire en la cara, respirarlo, escuchar los sonidos de agua, de los pájaros. Cuando hay viento el sonido que le da a la vegetación, incluso lo que más me gusta es escuchar ese silencio con pequeños sonidos. Me transmite calma y buena energía.
Quiso que disfrutáramos a tope del viaje y nos invitó a subir al techo de la furgoneta en la que visitábamos el valle y, por supuesto, tampoco vió limitaciones a que yo lo hiciera…. Ahí si que se notaba el aire... y los baches..., incluso alguna ramita en la cara!
¿Y porqué no vamos a saltar en uno de los sitios más bonitos ?
Durante los días que estuvimos allí, era fácil ver como a nuestra comitiva tanto a pie como en coche, se iban uniendo niños que aparecían de todos los lados. Pero sin duda uno de los momentos más especiales de esos días lo viví con los niños la tarde que llegamos a Ifoulou en la Casa Comunal donde estaban jugando y cantando. Da gusto ver con que poco son felices, sencillamente cantando y dando palmas o saltando de alegría porque Feli les llevaba alguna foto de viajes anteriores. En ocasiones los niños no entienden bien los motivos y se quedan algo parados de primeras, hasta que se dieron cuenta que no veía, pero su inocencia y naturalidad está por encima de todo…. Cuando nos íbamos todos los niños querían darme la mano y llevarme a casa. Fue un momento algo caótico, pero muy emotivo. Todos se quitaban las manos unos a otros para estar en primera fila y ser el que ayudara, robándole esta tarea incluso a mis compañeras de viaje.

Resumiendo, ha sido uno de los viajes más bonitos de mi vida y, sin duda, el más especial y que más me ha aportado. Fueron 8 días cargados de momentos, detalles, cariño, fraternidad, familiaridad y aprendizaje. Sin duda, uno piensa que va allí a dar y finalmente descubres que recibes mucho más de lo que das. Ver estas realidades y ver como la afrontan las personas que viven allí, te hace ver el mundo con otra mirada y con otra perspectiva nuestro acomodado mundo. Lo que tenemos y lo que valoramos y reflexionas sobre lo que verdaderamente es importante en la vida y priorizarlo. Sin duda, ésta es la mayor lección que me llevo de este viaje, además de la experiencia y vivencias y por supuesto de una buena amistad con gente maravillosa.

miércoles, 22 de marzo de 2017

22 de marzo, Día Internacional del Agua

No resulta extraño que en un sistema mundial que se perpetúa parcheando sus propias contradicciones sus habitantes se vean abocados al hecho de sobrevivir entre incoherencias, aceptando el absurdo y la paradoja como elementos inherentes a la propia existencia.

Hoy 22 de marzo, Día Mundial del Agua, celebramos que los organismos internacionales se impliquen activamente en la visibilización de un problema que afecta a buena parte de la población mundial. No es una cuestión baladí que la determinación y la audacia con la que lo afrontemos condicionará la vida de las generaciones presentes y futuras.

La escasez de agua potable y de saneamiento es la causa principal de enfermedades en el mundo. La mortandad en la población infantil es especialmente elevada. En los países en vías de desarrollo, más del 90% de las muertes por diarrea a causa de agua no potable y falta de higiene se producen en niños y niñas menores de cinco años. Unos 4.500 niños y niñas mueren a diario por carecer de agua potable y de instalaciones básicas de saneamiento.

Y la carencia de agua saneada afecta principalmente a las poblaciones pobres y rurales. Más de 850 millones de personas no tienen acceso suficiente a agua potable. El uso medio de agua por persona/día es de 200 a 300 litros en la mayoría de los países europeos, frente a los menos de 10 litros en los países en vías de desarrollo. Por término medio, las mujeres y niñas de los países en vías de desarrollo, caminan seis kilómetros al día transportando 20 litros de agua, lo que reduce el tiempo que podrían utilizar para otro trabajo productivo, o para que las niñas asistan a la escuela. Las enfermedades transmitidas por el agua elevan notablemente los índices de absentismo escolar entre los sectores de la población más desfavorecidos.

El 28 de julio de 2010, a través de la Resolución 64/292, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció explícitamente el derecho humano al agua y al saneamiento, reafirmando que un agua potable limpia y el saneamiento son esenciales para la realización de todos los derechos humanos.

El Objetivo de Desarrollo número 6 se basa en garantizar la disponibilidad de agua, su gestión sostenible y el saneamiento para todos, incluye la meta de reducir a la mitad la proporción de agua dilapidada y aumentar su reciclaje.

Uno de los focos principales de actuación de la Fundación Acción Geoda, se basa en dotar de las infraestructuras necesarias para facilitar el acceso a un agua limpia y saneada a los pueblos del valle del Tessaout, en el Alto Atlas marroquí, fomentando a su vez  el fortalecimiento y el desarrollo de las instituciones comunales, que aseguren la viabilidad de los proyectos, implicando a los pueblos en la gestión de sus propios recursos.
Los habitantes de las aldeas trabajan en la construcción de zanjas y depósitos, instalan los contadores en las casas, y gestionan a través de las asociaciones locales, el pago de las cuotas que permiten la sostenibilidad del suministro y el mantenimiento de las infraestructuras. En algunas de dichas aldeas, ha sido necesaria la construcción de pozos para acceder a tan preciado recurso.

La cooperación entre Acción Geoda, las entidades colaboradoras que contribuyen posibilitando la financiación de los proyectos, y los propios habitantes del valle han permitido dotar de un fácil acceso a agua potable, a más de 3000 personas, incluyendo a los pueblos de Ifoulou, Irbran, Azzerzem, Taznakt y Toufghine.

Próximamente, otras 700 personas de las aldeas de Tiftich e Imi n Tizgui, mejorarán notablemente sus condiciones de vida, a través de las acciones que posibilitarán que tengan acceso a un agua potable y limpia, sin necesidad de realizar largos y pesados desplazamientos.

Uno de los objetivos de Acción Geoda, es seguir trabajando mano a mano con los habitantes del Tessaout, expandiendo el foco de actuación a nuevos pueblos del valle, y perseverando en una línea de cooperación, que asegure la viabilidad y sostenibilidad de la gestión local del acceso y suministro a un bien imprescindible para la realización de la propia vida.

Desde nuestra Fundación, también queremos señalar, que no es posible solucionar el problema del derecho humano al agua, si el sistema mundial no encara sus propias contradicciones. Celebramos que los organismos internacionales, consideren que  la carencia de agua potable es un problema central en el mundo actual. No obstante, la cuestión será irresoluble, mientras no repensemos las implicaciones inherentes a un sistema económico voraz, que en su continuo afán expansivo, ha puesto su foco en la mercantilización de un recurso imprescindible para la supervivencia.

El “oro azul” se ha convertido en una inversión financiera de alta rentabilidad. Su carácter finito y necesario, ha contribuido a que grandes multinacionales se estén centrando en monopolizar el suministro de agua en todo el mundo. El FMI y el Banco Mundial, instituciones que forman parte de las Naciones Unidas, han obligado a multitud de países, a privatizar el agua, como condición imprescindible para asegurar su financiación.
Peter Brabeck-Letmathe, presidente del grupo Nestlé, líder mundial de venta de agua embotellada, considera que: “ el agua no es un derecho, debería tener un valor de mercado y ser privatizada”.

El acceso y el suministro del agua ha constituido una histórica fuente de conflictos, en ocasiones enmascarados de cuestiones étnicas o políticas. Sin duda, no encarar con firmeza el problema del agua, generará conflictos y acentuará las desigualdades en tiempos cercanos.

Nos felicitamos por la celebración de este día, pero también remarcamos la incoherencia de no señalar cuestiones nucleares del problema.




lunes, 29 de julio de 2013

La educación en el Valle de Tessaout o nuestro granito de arena para cambiar el mundo


“Un niño, un maestro, un lápiz y un libro, pueden cambiar el mundo”
Malala Yusafzai, víctima de un atentado talibán en octubre del 2012 
por defender el derecho de las niñas a asistir a la escuela en su país.


Aicha, Ilham y sus otros 15 compañeros han acudido puntualmente todos los días de este curso a la modesta aula de preescolar en Azzarzan. Las ventanas no ajustan bien y, en ocasiones, pasan frío, aún asi apenas han faltado a sus clases y están contentos porque han aprendido lo sufuciente como para asistir cuando tengan 6 años mejor preparados que los niños que los antecedieron a la escuela oficial. Por su parte, sus mamás han ocupado la misma pequeña aula por las tardes en sus clases de alfaberización. En total, han sido 42 mujeres que divididas en dos grupos y, a pesar del duro trabajo diario que las esperaban todos los días, han acudido puntual y dirariamente a sus clases. Éste ha sido el primer curso escolar en Azzarzane que ha finalizado con gran éxito. Las ausencias han sido mínimas y los conocimientos aprendidos muchos gracias también a nuestra maestra Rekeya El Heddan.
Alumnas en la fiesta de fin de curso en Azzarzane

¡Y por fin han llegado las merecidas vacaciones escolares!. Para el próximo curso escolar, aG tiene un reto muy importante, buscar un lugar más grande y confortable para niños, mujeres y profesora en Azzarzane.


También a Ifoulou han llegado las vacaciones. Rachida Amazigh, la maestra, ha finalizado el cuarto curso desde que aG actúa en la zona, donde ha dado clase a más de 20 niños y a más de 20 mujeres. Aquí la educación preescolar está bastante estabilizada e institucionalizada y goza de una amplia aceptación por parte de la comunidad. En Ifoulou tenemos otro reto para el próximo curso, buscar una formación profesional para las mujeres. Una tarea que no es nada fácil porquer es bastante complicado localizar a profesionales que quieran desplazarse a esta zona que sufre unos inviernos duros y rigurosos.

Pero todo está cambiando en nuestro querido Valle de Tessout. La luz ya ha llegado y pronto hasta en Irabran e Ifoulou habrá agua en los hogares. Esto marcará un antes y un después porque mujeres y niñas dispondrán de tiempo para su formación y desarrollo personal. Además, de mejorar sus condiciones higiénicas y de salud, sus espaldas dejarán de cargar las pesadas garrafas de agua hasta sus casas. Ahora se nos abren nuevos objetivos para el proyecto de Educación y de Sanidad de aG; educación en el consumo responsable del agua y de educación para la salud (salud bucodental, higiene personal...).

Rekeya, la maestra de Azzarzane, con parte de sus alumnos
Y, la última noticia, hace muy poco, nuestro socio en Marruecos, Abdellatif Boussetta, nos mandaba las primeras imágenes de las obras de la construcción de la carretera a Ifoulou algo que será determinante para mejorar las condiciones de vida en la zona.

Como ya os contamos en su momento, el proyecto no hubiera sido posible sin la colaboración de Najib Bolua, de la asociación Tazouknit, nuestra contraparte local en el área de educación, allí en Marruecos.

Al curso que viene, seguiremos con la enseñanza de preescolar y de alfabetizacion de mujeres con alguna novedad: en Ifoulou extenderemos las clases por la tarde para los niños y avanzaremos en la construcción de un proyecto de Formación Profesional para las mujeres que ya han superado los niveles básicos de alfabetización. En Azzarzane esperamos comenzar y finalizar el segundo curso escolar con tanto éxito como el pasado.


Para todo ésto necesitamos la tan deseada financiación que tan escasa está en estos tiempos de crisis y que en la Fundación Acción Geoda, con sólo cuatro años de existencia, sacamos y buscamos hasta debajo de las piedras. Para ello tenemos abierta una fórmula en Teaming, en la que simplemente te pedidos que dones 1 € al mes para nuestro proyecto de Educación. No cuesta nada; ¡anímate!. Seguro que te lo puedes permitir, ¡es sólo 1 €!  ¡menos que un café!.

viernes, 8 de marzo de 2013

Mririda, ¡la rana ágil de los prados!


"¿Cómo encontraré tiempo para soñar en el amor?
El grano está por moler, las vacas para ordeñar,
el cántaro en la fuente, la comida en el fuego.
La jornada es demasiado corta para todas las tareas.
Hay hierba en los campos y madera en el bosque,
el pan está cociéndose y la ropa en el río.
Muerta de cansancio me derrumbo por la tarde.
El alba está aún lejos cuando me levanto.
Se ha hecho de noche hace tiempo cuando me acuesto.
¿Cuándo tendré tiempo de soñar en el amor?"



Los cantos de la Tassaout
     Mririda n´Aït Attik 



Éste es un poema de Mririda n´Aït Attik nacida en Magdaz, nuestro querido Valle de Tessaout, a principios del siglo XX, escrito en Tashelhit, la lengua amazig original. El Tashelhit es una lengua hablada lo cual implicó que la recopilación de textos, canciones .. fuera una tarea árdua y bastante difícil.
Fue descubierta por René Euloge, conocido escritor y fotógrafo francés, en 1927-28 cuando ya había abandonado el valle y se había convertido en una chirat o tamedant, una trovadora de la que escribió:


Magdaz (Foto: F. Pérez)
"Todavía recuerdo a Mririda envuelta en su amplia capa de lana fina, antigua y admirable andir aferkachène, a rayas carmesís, escarlatas y negras. Adoptaba  poses hieráticas, sin sospechar su gracia y majestad, hermosa como una lira cuando levantaba sus brazos espléndidamente torneados rodeados de pesados brazaletes de plata. Su pelo abundante, tan negro que tenía reflejos de color antracita, enmarcaba un rostro expresivo de delicada  tez que hubiera merecido para nuestra poetisa el dulce nombre de Amaryllis..."


Ella misma dice de sí misma que la “apodaron Mririda, Mririda, ¡la rana ágil de los prados!”

Su suerte fue la de muchas mujeres bereberes. Se casó pronto, madre, trabajó en las penosas tareas  del campo, acarreó agua... Pero esta chica analfabeta, sin cultura literaria, tenía un don, el de percibir la belleza de su país y de sentir todo lo que emanaba tanto de las piedras como del alma o las pasiones de sus habitantes.

Nuestra poetisa huyó de su valle querido, se estableció en Azilal y se convirtió en prostituta para el deleite de sus amantes que "ella elegía cuidadosamente", como cuenta una de sus más antigua amigas. 

Escribió casi doscientos poemas, unos cortos, otros más largos, pero todos llenos de amor a su tierra, de descripciones de la vida de los chleuhs y también poemas de amor, con sus alegrías y sus tormentos.

René Euloge vivió en Marraquech desde los años veinte de este siglo hasta su muerte en 1985, editó sus poemas en el libro Les Chants de la Tassaout en 1959 con unas ilustraciones preciosas pero es un libro  difícil de localizar. Se ha reeditado hace poco con un prefacio de Leopold Sédar Senghor –que fue presidente y poeta de la Republica de Senegal-. Desafortunadamente contiene sólo los textos traducidos al francés y apenas ocasionalmente incluye alguna frase en el amazig original, Tashelhit.


"Llegando desde un mundo lejano, he aquí los Cantos de Tassaout. Llegan a nosotros como esas interminables humaredas azules, exhalando perfumes de tulla y de pino, que en la tarde se elevan hasta los rincones más olvidados del Valle del Alto Atlas, tan lejano a pesar de encontrarse a las puertas de la vieja Europa. Es mi vivo deseo que mi interpretación no haya desfigurado en exceso su belleza natural, anónima y sin embargo tan personal..."



René Euloge, Anglet, 1959,

haciendo la presentación de su trabajo de traducción al francés de los Cantos de Tassaout.

  

He aquí otro poema de Mririda                                                                                                                                  



Me han apodado Mririda, Mririda,
Mririda, de los prados la rana ágil...
No tengo, no tengo yo sus ojos de oro,
No tengo, no tengo yo su blanco pecho,
No tengo, no tengo yo su verde túnica.

Mas lo que tengo como ella, Mririda,
Son mis zerarit, mis zerarit
Que vuelan hasta los establos,
Son mis zerarit, mis zerarit
De los que en todo el valle se habla
Y más allá de las montañas,
Mis envidiados zerarit que maravillan...

Pues desde mis primeros pasos por los campos,
atrapé dulcemente las ágiles ranas
temorosas, temblorosas en mis manos,
Y apreté largo tiempo contra su blanco pecho
Mis labios juveniles, mis labios infantiles.

Transmitiéronme así la virtud maravillosa
De esta baraka que les ofrece un canto,
Un canto tan claro, tan vibrante y tan puro
En noches de verano bañadas de luna,
Un canto semejante al del cristal,
A la resonancia clara del yunque
En el aire más sonoro que precede a la lluvia...

Y gracias al don que me otorga Mririda
Me llaman:... Mririda, Mririda...
Aquél que me tome podrá sentir
En su mano, en su mano latir mi corazón,
Como tantas veces bajo mis dedos sentí
Latir el corazón enloquecido de las ranas.

En las noches bañadas de luna,
Él me llamará Mririda, Mririda,
Dulce apodo que me es caro.
Para él lanzaré mis zerarit agudos,
Mis zerarit estridentes, prolongados,
Que admiran los hombres y envidian las mujeres,
Zerarit tales que jamás había escuchado este valle.



Fuentes: http://aitbouguemez.blogspot.com.es/2012/10/poema-de-mririda-nait-attik.html; http://www.saharayatlas.com/lostessaout.htm