Una enfermera novata en Ifoulou, en un mundo desconocido ante una labor nunca realizada donde la prioridad antes de partir era intentar ser útil a la Fundación, a Juana y sobretodo, a sus gentes.


¿Qué sanidad se puede practicar sin medios técnicos, sin abanico de fármacos de estos de alta gama que tenemos en nuestro mundo, sin aparatos que confirmen un diagnóstico? ¿Qué enfoque terapéutico es el apropiado? Todo un misterio resuelto en mis días en el campo de trabajo y con el paso del tiempo. Realmente no hace falta enfoque, tan sólo una atención continuada sencilla como cualquier consulta nuestra, con técnicas de reforzamiento de aprendizaje, talleres, etc., porque a pesar de ser un pueblo que bastante tiene con sobrevivir en un terreno hostil, sus limpias miradas, sus sonrisas, su humildad expresan la mejor salud que se puede tener, la armonía!!.
Penita de dejarlos y tener que marchar, con la esperanza de que algún día pueda volver y colaborar con la Fundación y su gran obra, un importante logro conseguido que tengan agua en sus casas, enhorabuena por todo lo que hacéis.
Agradecer a cada uno de los componentes del grupo por estos días imborrables en mi mente y corazón, un gran equipo humano que de forma altruista dedica su tiempo en que un rinconcito del mundo amanezca un rayo de luz y esperanza.
Gracias por todo. Gracias Ifoulou por enriquecerme.
Mª José (enfermera).
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María José (a la izquierda) con al equipo sanitario y Jamal, amigo de aG y traductor, durante el pasado Campo de Trabajo. |
Genial, que recuerdos!
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